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La Xbox Series X tiene una GPU de 52 Compute Units trabajando a una continuidad de 1.825 MHz, lo cual proporciona una capacidad de 12.15 Teraflops. Mientras que la Xbox Series S cuenta con una GPU de 20 Compute Units trabajando a una frecuencia de 1.565 MHz y una potencia de 4 Teraflops. Como decíamos, Microsoft ha publicado 2 versiones de la consola Xbox para esta nueva generación. Tenemos primeramente la Xbox Series X, la cual es más potente que el otro modelo lanzado y cuenta con lector de Blue-ray, entre otros. Entonces tenemos la Xbox Series S, una consola mucho más fácil en lo que se refiere a hardware y que carece de lector, aparte de otros cambios inferiores.
Si podemos todo cuanto hemos dicho en grupo, la conclusión es clara, Xbox Series S ofrece una experiencia de novedosa generación por menos de 300 euros. Con esto encima de la mesa, es visible por qué Xbox One, y todas sus ediciones, por el momento no tenían sentido en la cadena de producción de Microsoft. Por otra parte, la únidad central de procesamiento de Xbox Series S también está muy sobre la de Xbox One X, en tanto que utiliza la arquitectura Zen 2, que tiene un IPC considerablemente mayor, es con la capacidad de manejar el doble de hilos y marcha a mucha más continuidad. Además, si bien tiene 2 GB menos de memoria, su memoria es GDDR6 en frente de la GDDR5 de Xbox One S, mucho más lenta pese al mayor ancho de banda. El almacenamiento es lo que termina de lastrar a One X, puesto que su disco SATA de unos vergonzosos 5.400 rpm a estas alturas (y en el momento en que fue lanzada, no nos engañemos) empalidece frente al SSD NVMe de Series S, que tiene exactamente la misma agilidad que el de su hermana mayor.
Xbox Series S
Cuando, en noviembre de 2020, Microsoft lanzó Xbox Series X y Series S, creí que el patito feo iba a ser la segunda. Los motivos eran que es menos potente y que, más allá de su arquitectura de novedosa generación, eso iba más allá muchísimo. La Xbox Series X tiene 16GB de memoria GDDR6, de los que 10GB están premeditados a la GPU ofertando un ancho de banda de 560GB/s y 6GB están destinados a la CPU con un ancho de banda de 336GB/s.
El gigante de Redmond ofrece dos consolas de nueva generación con especificaciones, y precios muy diferentes, y merced a esto puede prestar Xbox Series S como una opción alternativa económica de nueva generación que deja, sin ningún sentido, a todas y cada una de las ediciones de Xbox One. Ahí llegó una Microsoft que pasó, prácticamente, de los 900p nativos a los 4K, unos gloriosos 3.840 x 2.160 píxeles. La consola ofrecía un mejor frame-rate que One S, mejoras en factores de imagen, era muy pequeña y tenía lector 4K. Honestamente, Xbox One X me parece una auténtica obra de ingeniería, pero está lastrada por un procesador poco capaz y por una arquitectura desfasada desde nuestra APU hasta el HDD. Xbox One X tiene un nivel impresionante y lo cierto es que sorprende que en una consola de 400 euros -de lanzamiento- se pueda jugar tan bien a 4K cuando en PC es imposible por ese precio, pero es el momento de cambiar… Y tanto Sony como Microsoft han apostado por componentes nuevos en sus próximas consolas.
Xbox One, Xbox One S Y Xbox One X Llevan Descatalogadas Desde 2020
A lo largo de los años, Microsoft se ha fijado el objetivo de crear un ecosistema Xbox en el que los usuario tengan la posibilidad de gozar de juegos y experiencias de todo tipo sin preocuparse bastante por qué hardware utilicen. Este mercado supone tener en consideración aquellos que desean jugar a 4K y altas tasas de frames con equipos carísimos, como los que no tienen tanto dinero pero tiene un PC para jugar. La proporción de Compute Units y la proporción de memoria VRAM para la GPU, tal como el colectivo de memoria afectan al rendimiento. Es por este motivo que solo la Xbox Series X tiene capacidad de aceptar ejecutar juegos en resolución 4K @ 60FPS.
En estas unidades, si bien el SSD sea el mucho más veloz del mercado, solo vamos a poder instalar los juegos que no tengan la etiqueta de «Optimizado para Xbox Series X
Es por donde entra/sale el calor, así que merece la pena no poner obstáculos. Cuando se combina con Xbox Game Pass, consigue una biblioteca instantánea de más de cien juegos, el modo multijugador online, EA Play (próximamente) y juegos desde el mismo día de su lanzamiento. Mientras, la Xbox Series S es más compacta, ya que su hardware es más simple y requiere de un disipador mucho más simple. Además, esta consola no tiene unidad óptica, lo que deja desarrollar una consola mucho más compacta. Debemos indicar que el SMT se activa en ciertos casos, no está siempre activo. Que el SMT esté en desempeño dependerá de forma directa del juego que estemos ejecutando en todos y cada momento y como esté programado.
Microsoft para su nueva generación de consola eligió por publicar dos modelos diferentes de partida. Se busca ofrecer una solución asequible y una opción mucho más fuerte y completa. Veremos en el presente artículo cuál es la diferencia entre la Xbox Series X y la Series S, para de esta manera poder seleccionar la que mucho más nos interese. Aunque cada usuario puede tener opciones muy distintas, entre las mucho más visibles ventajas de la novedosa generación mana de la Xbox Velocity Architecture.