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Sobre las 21.00 de la noche las colas en la Plaza de Felipe II eran largas y el frío se adueñaba de la noche, parecía como si el grupo se hubiera traído el frío invernal de la provincia de Québec. Este nuevo trabajo, le ha informado a la banda varios reconocimientos y premios, como múltiples Grammys, Brit Awards o en gacetas como «Q». La banda sobresale por incorporar a sus canciones instrumentos como violas, pianos, ukeleles, xilófonos, mandolinas y otros instrumentos de la época medieval, entre aquéllos que se incluye la zanfona.
De manera frecuente, palabras de denuncia, come en Intervention, donde el protagonista es un soldado que reflecciona sobre su situación miserable, o asimismo Antichrist Television Blues, donde la « cible » es la ilusión de la celebridad a toda costa como signo de una revalsa popular. El « booklet » merece asimismo una ojeada, pués que traduce en imagenes las emociones producidas por la música. Blanco y negro riguroso donde aparecen algunos personajes fuera del tiempo que parecen muñecas sin articulaciones. «El debut de su nueva canción \’Generation A\’, inspirada por el presente clima del país con un mensaje de promesa para la juventud», comentó el cómico estadounidense Steve Colbert al comunicar la actuación de la banda canadiense. Si hubiera que seleccionar un grupo para determinar la atomizada escena indie del siglo XXI, ése sería, sin discusión, Arcade Fire.
Arcade Fire
La densidad de su épica sensible, tan solo comparable a los Radiohead mucho más desgarrados o los intensos crescendos de Sigur Ros, no dejó indiferente a absolutamente nadie y puso su debut grande para el público masivo en lo más alto de las listas de «lo mejor del año». La épica llegaba a su máximo esplendor con todo el público cantando al tiempo y al que prácticamente le faltaba entrelazar las manos como si estuviesen en una iglesia de gospel. Emocionados y con un “Hasta la próxima…” se despidieron los de Montreal. Se despidieron del público durante unos momentos, ya que los vítores y aplausos, les hicieron regresar para rematarnos con 2 temas más. Sacaron entonces el arma especial para acabar con el público que aun se mantenía de pie.
En el mes de septiembre del siguiente año The Arcade Fire publicaron su primer LP, “Funeral” , un disco anunciado con el single “Neighborhood #1 ” que se convirtió en una de las revelaciones del año. Firmaron con el sello discográfico Merge Records y grabaron un EP homónimo autoproducido, “Arcade Fire” , que recogía sus proposiciones de rock experimental en sello sin dependencia. Todos y cada uno de los componentes de la banda (Régine Chassagne, Richard Reed Parry, Tim Kingsbury, William Butler y Jeremy Gara), salvo el vocalista, Win Butler, se tapaban igualmente su cara con máscaras o pañuelos. Tragicómica ha de ser esta vida donde nos encontramos inmersos en un enorme teatro obligados a interpretar un papel cuyo guión no conocemos. Puede que, como afirmaba Schopenhauer, la experiencia del dolor y el sufrimiento sea, a la forma del cógito cartesiano, la cosa mejor repartida de todo el mundo y ello nos inspire algunas ilusiones consideradas como metafísicas.
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«En Barcelona fue la primera oportunidad que tocamos el nuevo disco. Tenemos una relación muy particular con esa ciudad», recuerda Kingsbury. Bien surtido de productores de postín (el dúo galo Daft Punk, el exbajista de Pulp Steve Mackey o Geoff Barrow, líder de Portishead), el nuevo trabajo piensa un giro electrónico que se podía intuir en sus directos. «No fue una resolución consciente, pero ha salido de esta manera. Cada vez utilizamos mucho más instrumentos electrónicos y es normal que eso se refleje en nuestros discos. Llevamos usando sintetizadores desde el principio, pero recientemente hemos explorado más las opciones de las cajas de ritmos o los samplers», aclara. De entre toda esta avalancha de nuevas bandas con las que cada día nos inundan los medios, algunas proposiciones son olvidables ; otras se quedan en interesantes; unas escasas son realmente válidas; menos aún son las que alcanzan una voz propia, un sonido distinto, original y identificable. En la cúspide de la pirámide se ubican los artistas que, no solo hacen algo original y novedoso, sino que además de esto construyen un universo propio, mezcla de sonido, actitud y estética que los convierte en referencia aparte.
Pasadas las 21.30 de la noche y con todo el público a la espera, se apagaron las luces y el escenario se iluminaba mientras que los elementos del conjunto se ubicaban en sus puestos. En el fondo se podía ver el dibujo de una autopista en múltiples alturas y delante de éste, un letrero lumínico de carretera, que acompañaría al grupo con imágenes directamente, visuales y videoclips. Cabe destacar que la música de este primer álbum, que éxito les dio, fue empleada en un elevado número de películas, tal como de programas de la pequeña pantalla, cosa que aumentó mucho su popularidad. Además, el álbum tiene dentro un tema, «Cold Wind», por el que el grupo fue nominado al Grammy al Mejor Álbum de Rock Alternativo.
Biografía De Arcade Fire
El grupo de Montréal disfruta completamente de su habilidad y confIrma con fuerza las expectativas de su primer disco compacto. Entonces, afirmemos gracias a la oscuridad que, desde Interpol pasando por Bloc Party, nos hace refleccionar sobre el « côté noir » de nuestro diario y sobre la paranoia que está invadiendo el mundo. Sí, digamos gracias por no cerrar los ojos sobre la realidad y por hacernos entrar en un cosmos donde solo la musica dicta las reglas. En caso contrario, es fácil que el edificio se desmorone a las primeras de cambio. Los temas de “The Suburbs” coparían cantidad considerable del setlist, pero no podían faltar los mejores temas de “Funeral” y “Neon Bible”. Empezó entonces el cambio de instrumentos habitual de los elementos de Arcade Fire.
Pero asimismo puede fomentar ese arte trágico que quiere por igual la sabiduría fatalista abismal y la ferviente creación imaginativa y estética. Más allá de los matices que pueda adoptar su sonido en todos y cada nueva distribución, lo maravilloso de Arcade Fire es que hacen música triste pero la interpretan con un entusiasmo inédito para los tiempos que corren, y ese entusiasmo sigue intacto. El desenlace se acercaba y los hits no pararon de caer como auténticos bombazos, sobre un público que soportaba todo tipo de armas de destrucción masiva.
Pero lo que lastra terminantemente la tercera obra del septeto de Montreal no es ninguna de esas dos cosas, sino más bien el hecho de que de forma fácil siete o ocho temas del disco se mueven entre lo anodino y el relleno puro y duro. Éste es un bagaje muy pobre para un grupo que nos tenía familiarizados a un nivel de acierto bastante más prominente y que ha retrasado tres años en divulgar nuevo material. Y, pensando en un antecendente cercano, otra banda emblemática de esta década como Los Strokes fue destrozada por crítica y público por un tropezón no mayor que éste con su tercer disco. En verano del año 2005, la banda consiguió su primer gran éxito internacional, sobre todo en los USA, Europa, El país nipón y Brasil, siendo contratados para realizar distintas giras por estos países y participar en algunos festivales. A finales de ese año, el álbum alcanzaría el disco de oro en el Reino Unido y en Canadá.